miércoles, 26 de diciembre de 2007

¡Feliz Navidad a todos!

En estas fechas tan señaladas quería felicitaros la Navidad a todos e invitaros a algo. También siguiendo la tradición estadounidense quería regalaros algo el 25 de diciembre (fun, fun, fun) porque un barbudo gordo vestido de rojo (por culpa de Coca-cola) traído de los países nórdicos (sí, no es una invención de coca-cola, por mucho que digáis, es un tío gordo sueco que llevaba mandarinas a los niños de allí, traídas de Valencia, pero Coca-cola lo adaptó, si queréis os lo creéis, sino vivid en la incultura, así seréis felices) dicen que en una noche regala cosas a todos los niños del mundo (y todavía hay alguno que se lo cree). Sí, no es por hacerme el mayor, pero yo nunca me lo creí, maldito de mí, no sabía que cuando supieras que es mentira, no te volvían a dar nada.

Pero en fin, siguiendo con lo importante, no puedo por menos que en Navidad seáis felices, es un momento de compartir, de alegrar a los demás, de hacer los detalles que no se pueden hacer normalmente, de reunirse con la familia, de estar con tus amigos, de beber, de desmadrarse y, por qué mentir, de engordar 3 kilos por comer como un bestia.

Gracias a que un Papa puso, porque le salió de sus mismísimos cojones, el nacimiento de Cristo el día 25 de diciembre (es el día que la luz gana tiempo a la oscuridad, como se supone que hace Dios o Jesús o lo que sea, hace con nosotros), desde entonces, y por esa causa de azar, el mundo es mejor en estas fechas ya que todo el mundo comparte, como todos son felices, como todos salen a la calle y , lo que más me emociona, la caridad.

Sí, amigos, todos son más generosos y todos son mejor, todos compartimos y tratamos de hacer un mundo mejor.

Que emoción, digo cuando llegue la navidad, y acto seguido digo: “¿Cuánta cantidad de hijos de puta serán tan falsos hoy?”, “¿Cuántas familias rotas, comerán juntas?”, “¿Cuántas familias cogerán una mascota que abandonarán en verano?”, “¿Cuántos falsos protestarán por अ globalización (en realidad, ya que hoy trato de adoctrinar es “globalization” osea “mundialización”, no globalización, para los que sepan inglés, es un “false friend”); mientras luego se compran móviles tirados de precio o usan su dinero para emborracharse en vez de donarlo?”

Sí, eso quiero mostrar, mi descontento con estas fechas. Todos mienten, no te dan un regalo porque te quieran, no, te lo dan porque es 6 de enero, que no te vengan con cuentos. Si te quieren, te regalan una pulsera cuando se te rompió la vieja, no un 6 de enero.

Cuanta cantidad de analfabetos e incultos, que creen de verdad que Jesús nació el 25 de diciembre apadrinan niños en navidad, y luego se dan de baja porque ya pasó la época, o hacen actos buenos, cuando luego hacen corrupciones urbanísticas, o movimientos con afán de lucro que destrozan el ya caótico y medio muerto mundo que nos queda. Total, yo ya salve mi alma al ceder 2€ a un niño que morirá en una semana.

Amigos, habéis caído como tontos. Sí, sois producto de una sociedad globalizada (mundializada, perdón) que os dice que tenéis que comprar cosas a la gente, y os lo tragáis; pero no sólo ahora, también con San Valentín y tonterías varias.

Pero lo peor de todo, no es eso. Lo peor es que de verdad la gente que necesita unas buenas Navidades (llamémosla vacaciones invernales, que ese nombre no me gusta) son los que lo pasan mal, los que se mueren en la calle, que de verdad son las víctimas de 4 gilipollas sigan haciendo más ricos a los que ya tienen dinero porque les siguen vendiendo más y más cosas que, evidentemente, no necesitan.

Pero seguid así, mintiéndoos entre vosotros, comiendo con la tía gilipollas que sabes que te odia, con el primo que de pequeño te robaba los juguetes, con tu cuñada que se pregunta porque estas con su hermana, seguid mintiendoos. Seguid trayendo estupideces americanas de una sociedad, poco formada y sin cultura alguna, mientras destrozamos mitos de una cultura que deriva de la griega y de su gran formación arte y cultura; regalemos el 25 de diciembre porque coca-cola nos lo dice, y ya no nos comamos el roscón de reyes, que “está pasado de moda”.

En fin, sigo viendo esa falsedad todos los años, ese derroche de luz por las calles con luces feísimas que culminan en el horroroso árbol de navidad que han ubicado en la plaza Mayor de Zamora.

Seguid mundializando mientras el mundo se simplifica, se destroza.

Estudio historia y todas las civilizaciones que vi y todos los artes que estudié pasan por tres estados. Génesis-periodo clásico (el mejor)-simplificación (fin, si lo quieres llamar así). Os ejemplificaré: el arte prehistórico nace según A. Leroi-Gourahm porque son formaciones de Dioses que la gente necesitaba representar, así se produjo su génesis. Después de mucho practicar se formaron grandes representaciones pictográficas y de gliptos (representaciones en figuras o similar) como se puede observar por ejemplo en la cervatilla de las cuevas de Altamira que forman el periodo clásico . Así, luego la gente se cansó y eso lo muestra el arte levantino de Cogull y una representación humana era ésto.

Así se produjo el fin del arte paleolítico (Cogull coge un poco de epipaleolítico, mesolítico para no iniciados). Fue un fin claro. Lo mismo pasó con Grecia, con Roma, con “Las Españas” y a la vez se destrozaron sus civilizaciones.

A partir de ahora no veo sólo falsedad, veo el fin de algo grande, de nosotros. Nos cargamos el mundo, la simplificación significa querer vivir de lo trabajado, sin importarnos nada de los costes (como la corte española). Significa seguid produciendo millones de juguetes que nadie necesita para contaminar nuestro aire, significa cambiar el clima, y os recuerdo, por si no lo sabéis, que los homínidos se adaptan como el culo a estas cosas ya que ni tenemos pelo ni grasas para resistir el frio, ni una capacidad de refrigeración excesiva. Así que sea lo que venga, podría ser el fin.

En resumen, para los que no se hayan enterado.

1) La navidad es un tiempo de falsos de una manera clara.

2) La Navidad no es el periodo que te enseñaron de paz, felicidad y amor; no, es un conjunto de mentiras de los poderosos para formar un comercio compulsivo de comida (y cuando acaben de gimnasios y dietas, etc…), de regalos y sobre todo de gasolina (no olvidemos que nos recuerdan que son fiestas “de familia” y que hay que ir donde sea). Para que ellos ganen más dinero mientras el planeta se muere.

3) Con esto no arreglamos el mundo, todo esto es mentira, al final nos lo cargamos más, porque es lo de todo el año pero con un derroche tremendo que provocará el fin de nuestra civilización.

4) Seguid con la mentira, que al menos seréis felices। (nescio felicitas dat)

Os desea la peor navidad del mundo y que ojalá sea la última: Robus

martes, 4 de diciembre de 2007

La conciencia del fin es el principio de la vida

¿Por qué sabemos que moriremos?

Ayer noche en una hora de esas que no duermes, se me ocurrió, por desgracia, pensar. Meditaba en mi lecho sobre el motivo del fin de semana y rememoré mí recién viaje a tierras americanas debido a la visita de unos de los miembros del grupo “hijos de puta team” a la capital zamorana.

En efecto: Pego, Jordi, Esteban y Pablo (mínimo) viajarán durante horas para reencontrarnos, esta vez, en suelo íbero; y no pude por menos, dedicarles mi actualización de hoy.

Medité entonces sobre mi estancia americana, que es lo más parecido a una realidad universitaria que he tenido debido a la “freak” clase de historia que es mucho más un ambiente empollón que universitario y que ya ni me sorprenden las charlas sobre historia entre descanso y descanso, o las fugas de clase (a la biblioteca, que os pensáis) echando al traste mi espíritu universitario.

Por eso para mí Toronto será inolvidable, ahí está uno de los mejores momentos de mi vida. La convivencia con desconocidos durante todos los días, durante tres semanas, de los que apenas conocíamos el nombre, pero con los que había una confianza terrible (como cuando Miriam me dejó 150 dólares para pagar el trip a French Canada, con el miedo que me daría a mí hacerlo con mucha gente que se me declara “amigo”). Por éste motivo y el bajón que supone la rutina salmantina, lo echo más en falta que nunca.

Pero, no fue lo único que rondaba por mi cabeza en aquel martirio nocturno que perturbaba mi sueño. Tras la conversación filosófico-psicológica y de trastornos mentales que mantuve con el casi recién licenciado en psicología Coco, fue normal que pensara en qué se fundamentan estos momentos que a la vida de todo estudiante marcan y por qué se producen. Y que como mi blog fue cerrado, pasaré a exponer aquí (tranquilos, sé que no habéis llegado a leer esto ya):

Conocido es por todos la media de vida humana es rondante a los 80 años y esto es una evidente distinción humana con los animales. En efecto, somos el único ser conocido en el mundo que tiene consciencia de su propia muerte, que sabe que si no es por atropello, morirá por oxidación natural. Es por esto que hay dos tipos clases de gente, las que la aceptan y viven “carpe diem y las que lo rechazan y huyen “in god we trust”. Quizás no sea real, pero probablemente los lazos sociales provocados por la neotenia y la dependencia total de una sociedad más o menos evolucionada, provocaron el nacimiento de la religión y de una dependencia total que hace evidenciar que la gente muere (debido a que ya no está y a que su función en el grupo, ahora queda vacante) y por ello hay una conciencia en el grupo homínido que sabe que su andadura terrestre tiene un fin.

Siempre pensé que era un lastre (no lo entendía), que el conocimiento del fin creaba angustia (para mí el principio de la religión). Pero entonces me di cuenta. No sólo crea angustia, no. Y para explicarlo no hay mejor ejemplo que la superproducción de “El señor de los Anillos”. No hay historia irreal sobre razas en las que la humana tenga super-poderes, o características especiales, en todas nos muestran débiles, dependientes, incluso lastres para el resto; en esta película el único humano estuvo a punto de apoderarse del anillo que provocaría el fin del mundo debido a ésta debilidad.

Siempre se nos presenta como el grupo más débil y más mortal, pero es que esa es nuestra fortaleza. Nuestra gran debilidad de consciencia de muerte y de debilidad crea en la raza humana un sistema de moral propio, de voluntad, valor y un afán de superación terrible que le ha hecho evolucionar desde como matar un animal con una piedra a como matar a todas las especies tanto por acción voluntaria como involuntaria del mundo en apenas unas centenas de milenios.

Con eso me di cuenta. Al ser sólo tres semanas, había que vivirlas. ¿Por qué bebíamos un martes? Porque alomejor era el último juntos, porque no era rutina, porque sabíamos que llegaría pronto el fin. Había tanto de que hablar y que divertirse, y sabíamos que no había casi tiempo, vivíamos cada segundo con pasión, como el último. No hubo un malgasto de tiempo con siesta, o con viajes en metro o en autobús estúpidos, simplemente andábamos, andábamos todos a una, todos juntos y hablando, no hablar era malgastar un segundo, y un segundo era más caro que cualquier i-pod nano o i-pod touch juntos.

Recuerdo siempre el día que visitamos las Cataratas del Niágara. Estábamos todos, tanto los de la resident como los family home. La parte de atrás de aquel autobús era nuestra. Aquella hora y media de viaje no hubo ni un minuto de silencio, y por mucha muerte que hubiera que respetar, no lo hubiera habido. Llegamos al pueblo y vimos las cataratas, nos montamos en el barco, subimos y bajamos el pueblo 3 veces, 13 horas juntos, estábamos cansados. Hubo un momento que me perdí, y estuve sólo apreciando la magnitud de la obra, no me arrepiento, quizás fue en el que más sentí la fuerza del agua caer, y en el que más me emocioné al oír a los rápidos cortar con el Ontario´s Lake, estuve sólo una hora, pero me pareció un mundo porque sabía que cuando me encontraran, no la vería igual, que cuando me encontraran, nos iríamos y nunca las volvería a ver. Por eso lo entendí, entendía porque la conciencia de fin quizás no sea mala ya que es por ella que parece que algunos segundos son el mundo, esos en el que estás con ella, esos en los que aprecias la maravilla de la naturaleza, esos que recuerdas y dices: “qué rápido ha pasado el tiempo”, si parece ayer.

¡Ay amigo! Por mucho que la consciencia de fin estire la vida, Cronos es implacable y nos pasa factura a diario. Por eso siempre parece que fue ayer, por eso todos los días recuerdo el sonido del Niágara en mi mente, porque el sentimiento de “ya se acabó” me rondó por momentos, mientras la interminable facultad me hace ver “otro día más” aumentado por la “envidia” que causan el resto de los universitarios con su vida normal, en sus clases normales. Por eso quizás muriese aquel 27 de octubre en “Canadiana´s resident en la que todos nos despedimos, quizás no resucite hasta que Salamanca muera.

Por eso ahora les echo de menos, por eso echo de menos aquel último día en el que casi se nos saltaron las lágrimas a todos, y que hubo algún@ que no pudo evitarlo, por eso siempre quedarán los recuerdos en nuestra memoria.