jueves, 22 de enero de 2009

Fútbol, ese amado deporte

Dia a dia te apabullan noticias relacionadas con la violencia en el deporte y, cuando hablamos de deporte, hablamos de fútbol. El deporte por excelencia en el mundo europeo. Ese deporte que es capaz de en un segundo odiarlo todo y al siguiente sentirte el hombre más afortunado del mundo.

En estas noticias se habla sobre exaltados iletrados que se reunen con el único fin de "buscar movida", de agradir, de destrozar, thanatos como decía Freud. Pero entonces no cabría preguntarse: Si van con la idea preconcibida de agredir ¿Es violencia en el deporte o es una violencia latente en la sociedad que encuentra su canalización, de manera bastante sencilla, en los recintos deportivos?

Por ejemplo. El problema de las barras argentino, tristemente de moda, ahonda su raices en el propio gobierno que ahora le critica. El peronísmo, la dictadura que dotó de una paz social a una Argentina de tensión, promovió la unión del pueblo en torno al cine y el fútbol [Pablo Alabarces], estableciendo un binomio en el que la población se fuera inmiscuyendo provocando una lealtad a la bandera, colores e himno patrio supina. Pero las soluciones fáciles nunca son buenas. Pocos decenios depués se nota el problema. El "nacionalísmo" peronísta no se estancó en un (favorable para el Estado) nacionalísmo del pueblo argentino, sino que se crearon vínculos patrióticos fútbol-pueblo que derivan en dos vertientes:
1) Aficionados capaces de enterrarse en los colores de su equipo (aunque exacervado, sería el objetivo peronísta; unificar la nación en torno a estos términos).
2) Aficionados y no aficionados que se unen para promover violencia, a veces por placer y a veces motivados por las derrotas de sus equipos; sensación que para ellos debe ser similar a la de un madrileño observando la matanza del 2 de mayo.

En cuanto a España, el problema está claro: no hay problema. En el fútbol no hay violencia. La gente si gana, gana y si pierde, pierde. Es cierto que siempre hay disputas, que algún dia alguien llegue a las manos, es normal, somos humanos. Pero el verdadero problema de España viene de una sociedad violenta que no ha encontrado su habitat y que se ha encontrado "pacificada socialmente" por el aumento espectacular de la economía española y que ahora trata de reventar por el primer agujero que le dejan, cual mesetario el sabado por la noche.

3 comentarios:

Anónimo dijo...

Jajajajaja....Asi me gusta,que te inflan a ostas las feministas del ajo por el último comentario(que es sublime),pues tu como Perez Reverte(((salvando toditas las distancias claro))),mas y mejor.Aunque en una cosa tengo que disentir,"Barrabravas for love".En realidad son asi,es el caracter argentino...inexplicablemente apasionado y narcisista,compréndelos,todavia no ha pasado suficiente tiempo para que sean decadentes y cínicos...no hace falta rizar el rizo,que pareces Pedro Jota coñññññño!!!!!!(Historiadores ¬¬)jaja...Enhorabuena nene.

RubenBartolome dijo...

NO quiero que lleguemos al extremo de los barras bravas, aunque aqui no se podría, entre otras cosas porque Franco consiguió el efecto contrario a Perón aunque también lo buscó, pero si que podíamos parecernos un poco más a algún campo con vida, que los campos españoles parecen funerales jajaja

Anónimo dijo...

¿Es violencia en el deporte o es una violencia latente en la sociedad que encuentra su canalización, de manera bastante sencilla, en los recintos deportivos?

Que grande esa reflexión, toda la razón del mundo.

Orgullo ;)